Sí, algunos de vosotros ya sabéis que mi paciencia llegó a su fin, desistí de seguir intentando encontrar belgas lo suficientemente normales como para poder quedar a tomar más de dos o tres cervezas sin que cambiaran 74 veces de opinión... y finalmente sucumbí a un grupo de españoles... pues con ellos salí anoche (con mi nuevo amigo Miguel y mi nueva amiga Eli incluidos ;)) y me lo pasé muy bien.
La noche terminó en el Delirium bebiendo absentas... que se vieron interrumpidas por la llegada de un extraño ser que tenía pinta de haberse metido hasta los polvos de talco destinados al entretetor y que no hacía más que quedarse mirándote fijamente durante interminables minutos u horas si se lo hubiera propuesto... pero sin mediar palabra. Ninguno sabemos cómo sería su voz... pero enseguida nos dimos cuenta que se trataba ni más ni menos de Teo, ese niño pelirrojo que no hacía más que sacar libros estúpidos cada vez que iba al parque, a la escuela, al panadero, a un burdel o a un coffee shop de Amsterdam... y es que era clavado, misma mirada, mismos rizos pelirrojos, misma indumentaria hecha para Fofito en sus mejores tiempos, misma mirada perdida infantil y misma despreocupación por el mundo que le rodea. Sin duda alguna, el momento Teo fue lo mejor de toda la noche :)
domingo, 2 de noviembre de 2008
Teo en el ... Delirium
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Teo
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